sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuerdas. Entrega nº 1

TOMO 1. Introducción acerca del mundo de las cuerdas.
A través de varios capítulos intentaremos profundizar en el extenso mundo de las cuerdas, tanto deportivas como industriales, estudiando desde lo más elemental (construcción, mantenimiento, limpieza, tipos, etc.) al estudio de temas más avanzados tales como su “comportamiento en la actividad” o los modelos más novedosos tanto para cuerdas industriales como deportivas.

Comencemos en este primer tomo por unas nociones básicas:

Concepto





La cuerda se trata de uno de los elementos que conforman la denominada “cadena de seguridad” en cualquier actividad de montaña o seguridad vertical (ámbito laboral). Las cuerdas, antiguamente fabricadas de algodón y materiales poco resistentes tanto a la abrasión como a los elementos naturales (agua, nieve, frío, calor), en la actualidad se construyen con materiales textiles sintéticos tales como el nylon y el perlón que favorecen su resistencia a los mencionados factores ambientales diversos a los que son sometidas, además de que benefician su ligereza para su transporte.

En la actualidad, la longitud más común de la cuerdas es de 60-70 m para destinos deportivos y de 100 metros o más para trabajos en altura. Las cuerdas pueden ser dinámicas, estáticas y semiestáticas, tal y como analizaremos en la segunda entrega del presente dossier.

Homologaciones

Es imprescindible que las cuerdas que utilicemos tanto en nuestra actividad profesional como en nuestros retos deportivos cumplan con las normas de seguridad y calidad homologadas por los distintos organismos capacitados, quiere esto decir que SIEMPRE debemos emplear cuerdas homologadas y destinadas para la finalidad correcta.


Algunos conceptos técnicos que se siguen para la correcta homologación de una cuerda son: fuerza de choque, número de caídas mínimo que admite, fuerza máxima, alargamiento en el uso, flexibilidad, deslizamiento de la funda respecto al alma, resistencia a la abrasión. Estos conceptos los iremos analizando en sucesivas entregas del presente estudio.

Centrémonos ahora en las cosas fundamentales a la hora de adquirir nuestra cuerda.

Caracteres básicos y construcción
Como hemos dicho, hemos de comprar la cuerda para la finalidad correcta, que ésta se encuentre correctamente homologada y que se halle en perfecto estado. Sirva como ejemplo que para uso industrial utilizaremos cuerdas semiestaticas (blancas generalmente) y dinámicas para uso deportivo, dependiendo el diametro del uso que le vayamos a dar: normalmente entre 9,8 mm y 10,2 mm para escalada deportiva, entre 8,6 mm y 9 mm para escalada alpina, habiéndose desechado las cuerdas gemelas con carácter general en la actualidad.

Cabe distinguir en las cuerdas dos partes: alma y funda.



La funda, parte visible, envuelve y protege el alma de la cuerda. Ésta, el alma, está formada por grupos de hilos denominados husos. Con un mismo diámetro, un número de husos elevado ofrece mejores prestaciones dinámicas, y un número de husos menor ofrece una mejor resistencia al rozamiento.

El alma y la funda de la cuerda son dos componentes independientes que tienen tendencia, si su construcción no ha sido cuidadosamente estudiada, a desolidarizarse y a deslizar el uno respecto al otro. Así, la funda se deforma poco a poco bajo el efecto del descensor creándose una zona floja alrededor del alma y un abultamiento puntual que es necesario vigilar.

Otros elementos a considerar en las cuerdas es el peso total: a mayor grosor, más peso, pero siempre debe considerarse el compromiso entre ligereza y seguridad. En cuanto a su estética, esto no se trata de algo vanal, sino que es un tema importante que nos ayudará, en cierta medida, a diferenciar unas cuerdas de otras, por este motivo algunas cuerdas son bicolores, cambiando el tono en el centro para hacer más fácil la localización del centro a la hora de rapelar.



Otras cuerdas ofrecen distinta dureza en la camisa, sobre todo en artículos destinados a escalada deportiva: más rígida en la zona próxima de encordamiento al ser ésta la que sufre mayor número de caídas.

Mantenimiento

El envejecimiento de las cuerdas se verifica a simple vista por el cambio de color de la funda a causa de la exposición al sol y por el tacto por un incremento de rigidez. Deben examinarse periódicamente. Es recomendable que una cuerda se deseche con un uso de fin de semana máximo a los cuatro años, reduciéndose el plazo con un empleo más intensivo, o en caso de una fuerte caída. Esta recomendación está absolutamente contrastada por pruebas; pero en la práctica se suele alargar su vida más de lo necesario.

A fines de los 90 surgen unas bolsas de protección en material plástico que al abrirse quedan como una manta para que así la cuerda no toque la tierra; se indican para escalada deportiva. También existen bolsas más convencionales para la cuerda.

Es muy aconsejable almacenar la cuerda a la sombra, protegida de la humedad y de cualquier fuente de calor (lo que evita una exposición inútil a los rayos ultravioletas).

Para almacenar una cuerda, es preferible guardarla desplegada y sin ordenar en una bolsa para cuerda separando correctamente los dos extremos, en lugar de enrollarla, evitando así rizos y torsiones.
Info: Cuerdas Roca, Bealplanet.com, Desnivel.com, barrabes cuadernos técnicos.


Análisis de Alejandro López (Técnico EGAM)

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