A la hora de prepararnos para una determinada actividad de montaña, solemos centrarnos, fundamentalmente, en el entrenamiento físico, también acostumbramos a valorar si nuestra capacidad técnica está a la altura o no, luego, buscamos toda la información posible en libros, paginas web, blogs, etc, sobre horarios, material necesario, aproximación y descenso…
Todo esto es razonable, pero existen ciertos aspectos que tendemos a infravalorar o incluso olvidar en este proceso de planificación previa.
Vamos a englobar todas estas cuestiones bajo el epígrafe de “cuestiones tácticas” e intentaremos ir profundizando sobre ellas en futuros escritos.
Probablemente porque en la mayoría de los deportes de montaña no existe competición es la razón por la que muchos deportistas no están suficientemente sensibilizados con estas cuestiones.
Debemos pensar que muchas veces en la montaña nos estamos jugando algo más trascendente que una mera clasificación competitiva, y por ello asuntos como la alimentación e hidratación, la búsqueda de la máxima ligereza, el ajustarnos a unos determinados horarios, la elección de nuestros compañeros, etc., pueden ser muy importantes.
Los deportes de montaña son muy diversos y diferentes entre sí, por ello algunas cuestiones serán más trascendentes en algunas actividades que en otras, pero dentro de todas estas “cuestiones tácticas” existen algunas que son de gran importancia en prácticamente cualquier actividad de montaña:
-Alimentación e hidratación
-Búsqueda de la máxima ligereza
Estos factores son importantes para senderismo, alpinismo, escalada de pared, escalada deportiva, escalada en hielo, carreras de orientación, espeleología, esquí de montaña, bicicleta de montaña…
Precisamente en estas dos últimas disciplinas ( esquí y bici ) y precisamente por estar más próximos a la competición, existe una mayor información y cultura respecto a la importancia de la alimentación y una sensibilización con la ligereza que roza, en algunos casos, lo patológico.
La alimentación del deportista es una de las grandes asignaturas pendientes entre los practicantes de deportes de montaña, y en la práctica ésta suele ser nefasta durante las actividades, con una total confusión sobre el tipo de alimento y la frecuencia con que debemos consumirlo.
Respecto a la ligereza, no debemos de olvidar, que algo común a todas las actividades desarrolladas en la montaña es el hecho de tener que salvar desniveles, y es aquí donde la fuerza de la gravedad penalizará a los que descuiden la selección del equipo con el que cargan.
Tanto en una mera caminata como en la escalada más extrema el llevar el equipo más ligero posible aumentará nuestras posibilidades de disfrute y de éxito.
En próximos escritos profundizaremos en estos temas de la manera más práctica y amena posible.
Juan Goyanes. Técnico deportivo. Instructor EEAM, EGAM.
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